jueves, 22 de diciembre de 2011

EL ORIGEN

La última alma humana era, según él, yo. ¿Cómo es posible que no se de cuenta? Soy un cuerpo mortal ¿Qué para creer sus patrañas tendría que ser inculto? ¿No se da cuenta? Soy ateo y ácrata ¿Cuándo dejará de predicar que existe una sustancia espiritual e inmortal en los seres humanos? ¡Qué daño me hace! El principio que da forma y organiza el dinamismo biológico, sensitivo e intelectual de la vida, ese soplo divino, no existe. Somos pura evolución. Y esta es la última verdad.

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