martes, 25 de octubre de 2011

MI TRAUMA

Como tantas veces había hecho de niño, me acobardé ante la oscuridad de la habitación.
Recordé el miedo pasado en casa aquel día y la carcajada de mi hermano cuando salía corriendo hacia la cocina, gritando por Mamá.
Mi costumbre, hasta aquel día, era, al llegar de la calle, ponerme las zapatillas que estaban en el cuartito, y como mama siempre las ponía en el mismo sitio, me recostaba en un ropero lleno, cubierto por una cortina y allí me calzaba.
Cuando me apoyé, unos brazos me rodearon por detrás y me quedé mudo de espanto, salí despavorido.

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