sábado, 12 de febrero de 2011

EL CASERO

Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa, pensaba mientras deambulaba por las calles, sin un rumbo fijo, alejándome cada vez más del templo ya cerrado, pues no hay más misas hoy. Cuando llegue seguro que ya se habrá marchado a buscar la comida a los supermercados. Maldigo para siempre a Don Fermín, que no ha querido aguantar los recibos, y nos ha llevado a la chabola que ahora ocupamos. Y luego alguien dirá que hay gente buena.

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